Soy David Faro, un Enfermo Crónico del Predictivo y me cuesta recordar desde cuándo. Creo que todo empezó cuando empuñé, levanté y admiré ese martillo. Golpeé con todas mis fuerzas y ya nada fue igual.

Entiendo que estés pensando en una versión mediterránea de Thor pero para que la puedas pulir un poco al menos déjame decirte que el martillo tenía cable. Seguramente no fue el martillo lo que me enfermó sino cómo me enseñaron y transmitieron los conocimientos del análisis de vibraciones a partir de los datos que recogimos de ese primer test de impacto en un molino de cemento.

Eso fue sólo el principio de muchas tardes absorbiendo conocimientos técnicos del análisis de vibraciones. El enfermo que me transmitió esta enfermedad me enseñaba con gráficas hechas con lápiz así que imagina…tardes y tardes inspirando polvo de grafito y virutas de madera en forma de firmas espectrales.

Como toda enfermedad que se precie la he transmitido durante más de 30 años, y lo he hecho utilizando un medio de transmisión que ninguna otra enfermedad comparte pero que es mucho más efectivo.

Me tengo que remontar bastante tiempo atrás para que todo tenga sentido.

En la universidad tenía un colega con el que me complementaba muy bien. A él le gustaba cacharrear y a mi me gustaba hablar. Hacíamos las prácticas, preparábamos el show, y yo lo presentaba. Siempre me ha gustado el espectáculo. Ahí me di cuenta del poder de una buena comunicación y lo que disfrutaba en el escenario.

Y así, la necesidad de transmitir a través de la palabra y la fascinación por esa nueva temática, el mantenimiento predictivo, me han llevado a un viaje de locura en el que:

  • He conocido a grandes cerebros que han hecho diagnósticos sin siquiera tomar datos.
  • He visto hacer historia del predictivo en España.
  • He enseñado al mundo mi tarjeta de put* vendedor de predictivo.
  • He compartido el liderazgo de empresas referentes en el sector.
  • He negociado y firmado contratos con grandes multinacionales.
  • He formado a miles de analistas con una tasa de ronquidos en clase del 0%.
  • He creado decenas de acrónimos (LcG, PhT, PmC, EpE y muchos más).
  • He visto viajar a gente de otros continentes para atender a nuestras charlas.
  • He fundado una compañía.
  • He sido traicionado y engañado.
  • He inaugurado foros de predictivo en los que hemos juntado a lo mejorcito de cada sector.
  • He fichado a fenómenos que luego se han convertido en referencias dentro y fuera de España.
  • He innovado con nuevos servicios y productos que no existían en el mercado.

He, he, he, he… Nada más lejos de la realidad. Estoy hablando de toda una vida de dedicación y obviamente cada “He” es un “Hemos”.

Si has sido parte del viaje ya sabes en qué línea has participado.

Total, tanto meneo para terminar en un bunker que es desde donde escribo estas líneas. Y tan feliz…

Feliz porque ha llovido mucho desde ese lápiz y los avances tecnológicos (y la pandemia) han hecho posible que desde mi garito pueda seguir difundiendo la palabra del predictivo para que la enfermedad se siga expandiendo.

De vez en cuando todavía me acerco para extender la enfermedad en persona, al fin y al cabo no hay nada como un buen show en directo.

Además de los shows y formaciones, he descubierto una maravillosa manera de comunicarme con aquellos interesados en el Predictivo. El email. Es algo que no sólo me permite seguir compartiendo historias, tendencias y pensamientos sino que además la cercanía y conexión que está generando es realmente satisfactoria.

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    Seguimos!!!